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sábado, 23 de febrero de 2013

Investigación cuantitativa o cualitativa: cuál de los dos enfoques conviene practicar



Aunque existen diversas corrientes filosóficas respecto a la ciencia (positivismo, positivismo lógico, racionalismo crítico, teoría crítica, hermenéutica, etc.), estas corrientes se han polarizado en dos enfoques: el enfoque cuantitativo y el enfoque cualitativo.
En esta cápsula se explican ambos enfoques, detallando las características que presenta una investigación abordada de manera cuantitativa o cualitativa, con la finalidad de explicar cuándo conviene utilizar un enfoque con respecto al otro.

Como lo menciona Barrantes (2007), los enfoques cualitativos y cuantitativos son dos formas generales de concebir una realidad, la cual el investigador trata de conocer desarrollando un proceso de investigación.
Para resumir las diferencias entre los dos enfoques con que se puede desarrollar un proyecto de investigación, en la Tabla 1 se presentan las características de ambos enfoques en cada una de las etapas de una investigación, según Hernández, Fernández & Baptista (2010).
Tabla 1. Una comparación entre dos enfoques de la investigación: cuantitativa y cualitativa
Etapa de la investigación
Enfoque cuantitativo
Enfoque cualitativo
Generación de la idea
Hay una realidad que el investigador desea conocer, que puede hacerse a través de procesos mentales
Hay una realidad en la mente de los involucrados, que el investigador desea descubrir, comprender e interpretar
Planteamiento del problema
Delimitado, acotado, específico, poco flexible
Abierto, libre, no es delimitado o acotado, muy flexible
Revisión de literatura
La literatura guía la investigación, por lo que es crucial en todos los momentos: desde la definición del problema y las hipótesis (para identificar las variables a estudiar), el diseño del método a seguir, interpretar resultados y concluir.
La literatura es auxiliar: al inicio sólo señala el rumbo (se confía en el proceso para identificar las variables y descubrir su relación) y ayuda a justificar la necesidad de atender el problema; aunque si es relevante para el diseño del método a seguir, interpretar resultados y concluir.

Hipótesis
Se necesitan establecer antes de recolectar datos, ya que su finalidad es probarlas/rechazarlas
Se pueden generar hipótesis en cualquier momento: para apoyar el problema, durante el estudio o al final
Objetivo
Describir, explicar y predecir los fenómenos a manera causa-efecto, para generar o probar teorías (objetiva)
Descubrir, comprender e interpretar sus fenómenos, a partir de percepciones y significados de los participantes (subjetiva)
Diseño de la investigación
El método se estructura antes de la recolección de datos y debe ser replicable.
Los datos se obtienen de una muestra estadísticamente representativa, que incluye muchos sujetos porque se pretende generalizar los resultados.
Se utilizan instrumentos validados y confiables (por terceros o por el mismo investigador)
Al inicio se bosqueja un método, pero   flexible y se adapta durante realización del estudio (puede no ser replicable).
Los datos se obtienen de pocos sujetos (casos individuales, no necesariamente representativos estadísticamente) porque no se pretende generalizar los resultados (sólo profundidad).
Se utilizan diversas técnicas para recolectar datos (observación, entrevistas, historias de vida, etc.)
Análisis de resultados
Se describen las variables y explican sus cambios y movimientos, de manera deductiva (de la teoría deduce la realidad).
El análisis se realiza de manera sistemática (con el uso de la estadística descriptica e inferencial),
Este análisis sólo puede hacerse  posterior a la recolección de datos.
Se trata de comprender a las personas y sus contextos, de manera inductiva (explora y describe una realidad, y genera teoría a partir de ella).
El análisis se realiza dependiendo de la manera en que fueron recolectados los datos (usando estadística de manera moderada: conteo, operaciones aritméticas, etc.)
Este análisis puede realizarse de manera simultánea a la recolección de datos.
Presentación de resultados
Tablas, diagramas y modelos estadísticos, en formato estándar
Variable según el estudio: narraciones, fragmentos de textos, videos, audios, fotografías, mapas (diagramas, matrices y modelos conceptuales)

A pesar del debate que se ha desarrollado alrededor de la validez del enfoque cualitativo para hacer ciencia, como lo explica Hernández, Fernández & Baptista (2010) ambos enfoques resultan muy valiosos y han realizado notables aportaciones al avance del conocimiento, y ninguno es mejor que el otro, sólo constituyen diferentes aproximaciones al estudio de un fenómeno, e inclusive se pueden utilizar de manera conjunta en una misma investigación.
Como lo indica Galeano (2004), para seleccionar el enfoque adecuado para realizar una investigación, se pueden considerar dos criterios que se explican a continuación:
1) La intencionalidad o sentido del estudio: preguntas relacionadas con qué es lo que se quiere conocer, qué intereses mueven al investigador a indagar sobre esa realidad y con qué propósitos, guían a la elección del enfoque cuantitativo o cualitativo. Por ejemplo: si se busca exactitud, medición de dimensiones o indicadores para generalizar sus resultados a poblaciones amplias, se debe usar un enfoque cuantitativo; pero si se requiere comprender una realidad social visto a través de múltiples lógicas de diversos actores (visiones, percepciones, valores, formas de ser, ideas, sentimientos y motivos internos), se debe usar un enfoque cualitativo.
2) La naturaleza del problema o situación que se investiga: el método no debe imponer cómo estudiar la realidad sino que son las propiedades de la realidad que se estudia las que determinan el método o los métodos a ser utilizados. La pregunta por cuál es el método adecuado para conocer esa realidad y que dimensiones de esa realidad se van a estudiar guía la decisión sobre el enfoque metodológico a utilizar.

Tanto el enfoque cuantitativo como el cualitativo son complementarios entre sí, y son de utilidad en todas las disciplinas. El rumbo de las investigaciones y el enfoque utilizado en ellas se regirán por los intereses y/o necesidades identificadas como problemas por el investigador, quien deberá ser pragmático y guiarse por el contexto, la situación que estudia y los recursos que dispone.


Referencias
Barrantes, R. (2007). Investigación, un camino al conocimiento. Un enfoque cuantitativo y cualitativo. Costa Rica: Editorial EUNED.
Galeano, M. E. (2004). Diseño de proyectos en la investigación cualitativa. Medellín: Fondo Editorial-Universidad EAFIT.
Hernández, R., Fernández, C., & Baptista, P. (2010). Metodología de le investigación (5ta ed.). México D.F.: McGraw-Hill Interamericana.

martes, 19 de febrero de 2013

Cambios en la economía y educación que exige un replanteamiento en el modelo de negocio de la universidad


Actualmente, el cambio se ha vuelto una constante y nadie escapa a sus consecuencias caracterizadas por el caos y la incertidumbre sobre el futuro. A todas las organizaciones se les plantea el reto de la sobrevivencia: en el mundo de los negocios, aquellos que se mueven demasiado lento o en la dirección equivocada no sobreviven.
              Y aunque a las universidades parecieran inmunes a esta dinámica, lo cierto es que han sido impactadas en mayor medida por el cambio y han tenido más complicaciones para adaptarse a las nuevas circunstancias: deben incrementar su cobertura, evaluarse y acreditar la calidad de sus programas, preparar profesionistas de acuerdo a lo que requiere el mercado y con una cultura emprendedora, ser eficientes, etc. ¿Qué ha sucedido en el mundo? ¿Cómo estos cambios afectan a las universidades? ¿Cómo deben afrontar a sus retos? ¿Qué se requiere para poder adaptarse y competir con los nuevos competidores que nacen con esta nueva estructura? ¿Cuál es el modelo de negocio que deben adoptar para sobrevivir en esta era del conocimiento?

Como lo indica Arboleda (2004), América Latina tiene que tomar en serio el reto que implica enfrentar la era del conocimiento que ha traído una revolución sin precedentes para la supervivencia de países dentro de un mundo cada vez más globalizado y tecnificado. El advenimiento de la revolución digital, países atrasados como Taiwán, Singapur, Corea del Sur, Irlanda,  India y China, comprendieron la importancia de ingresar en esta nueva era del conocimiento, pasando de la era agrícola a la digital o postindustrial.
              En la actualidad, países como México deberán considerar avances científicos y tecnológicos como los presentados en la biotecnología y el genoma humano que se han presentado desde la década pasada,  ya que marcarán el futuro de la humanidad. La empresa que prosperará seguramente será aquella relacionada con el campo de la biotecnología o la genética, por lo que se debe fomentar su formación masiva, inscribirlas en bolsa, promover la sociedad anónima, como a comienzos del siglo cuando surgieron las grandes empresas industriales, ya que las economías del conocimiento producen mucho más que las economías tradicionales, y el país que comprenda esto, prepare a su gente para entender lo que esto significa y pueda sacarles partido, será el país líder en el desarrollo intelectual, político y económico del mundo.
              Sin embargo, en América Latina presenta un problema educacional impresionante: el sistema educativo se ha dedicado a producir abogados, filósofos, sociólogos y humanistas, en una proporción de más del doble que de científicos, investigadores, ingenieros, físicos, químicos, matemáticos, que sean capaces de crear riqueza. Se debe fomentar y apoyar al estudiante prominente en las ciencias y en los descubrimientos, inteligente y capaz; diseñar un sistema de fomento que otorgue facilidades, becas, premios, reconocimientos, puestos de honor, a quienes muestren habilidades en el campo de la ciencia y la tecnología, como lo están haciendo la India.

Como comenta el futurólogo Alvin Toffler, el sistema educativo está obsoleto, ya que está diseñado para preparar a las personas de ayer y no para mañana. La acumulación de conocimientos e información está perdiendo valor dado que cualquier cosa que se obtiene con facilidad se devalúa, y actualmente esa acumulación de conocimientos es, y será todavía más en el futuro, el papel de las máquinas. Sin embargo, cuanto más se devalúan las respuestas más valiosas son las preguntas, por lo que el alumno del futuro, más que a contestar preguntas deberá aprender a plantear preguntas (Toffler, 2009).
Arboleda (2004) indica que se necesita desesperadamente cambiar el modelo educativo, promoviendo el uso masivo de computadoras conectadas a internet, además de una filosofía educativa que enfatiza más el “aprender” que el “enseñar” en el área pedagógica. Al mismo tiempo, rescatar a esos millones de niños de tres años en adelante y meterlos en el mundo del conocimiento. Si se logra que los niños de primaria se metan de lleno en el mundo digital, abriendo una ventana de oportunidad de acceso al mundo del conocimiento, y por su conducto se interesen además por otras disciplinas, tales como la biotecnología y la genética, la semilla habrá sido sembrada y se estará contribuyendo efectivamente a ese cambio de cultura y mentalidad.
Hopenhayn (2004) explica que una vez que se comienza a usar la red digital, ese uso crece exponencialmente y tiene un enorme efecto de contagio; que el uso mismo produce cierto expertise y éste puede  socializarse entre alumnos y entre éstos y profesores;  y que el estudio en red no aniquila a la enciclopedia sino que la hace accesible, amigable y adaptable a los usuarios.
Como lo menciona Laseter (2012), durante años los expertos han predicho que el aprendizaje en línea haría cambiar el modelo de operación básico de la educación superior. Pero es hasta ahora que esta transformación por fin parece que va a suceder: nuevos competidores parecen dispuestos a romper la estructura existente de las universidades. Éstas tienen que complacer a la demanda de educación de calidad, como de talento preparado que requieren los empleadores. Para ello, tienen que generar nuevas capacidades, reconsiderar su forma de atraer ingresos y gestionar mejor sus costos, es decir, repensar su modelo de negocio.
Para Alexander Osterwalder un modelo de negocio es una herramienta conceptual que permite expresar la lógica mediante la cual se ofrece valor a uno o varios segmentos de clientes (Márquez, 2010). En el caso de las universidades, este cliente pueden ser los empleadores, los mismos alumnos, los padres de familia, o la sociedad en general, y como lo menciona Wolf y de Maura (2004) para fomentar escuelas públicas más orientadas al mercado, las universidades deben medir sus logros, retribuir y/o sancionar a los responsables del éxito, descentralizar, dar incentivos que promuevan los resultados esperados, proporcionar medios para que la comunidad y los padres se involucren, promover la participación de la empresa, y cobrar al cliente
Como lo menciona Laseter (2012), lo primero que deben hacer las universidades es conocer a sus rivales, centrándose en lo que ofrece el Internet. Se puede iniciar con las universidades privadas y las universidades en línea, pero no sólo centrarse en sus éxitos, sino de sus fracasos, ya que aunque parece que han explotado un nicho, no han innovado realmente.
Luego, es importante conocerse a sí mismo, es decir, deben entender su "propuesta de valor", que pudiera estar en cualquiera de las cuatro dimensiones siguientes. 1) proceso de admisión: los empleadores valoran enormemente el proceso de admisión de una universidad, dado el sacrificio que puede significar para los solicitantes el ingreso; 2) creación de conocimiento: en un mundo que cambia rápidamente, la capacidad de construir sobre conocimiento fundamental y  poder adaptarse, puede ser un activo muy preciado, no sólo para los empleadores, sino para la sociedad en general; 3) certificación de competencias técnicas: los empleadores buscan certificación de habilidades; o 4) actividades extracurriculares: ofrecer una oportunidad para crear conexiones entre pares que realicen actividades estimulantes adicionales a lo curricular, que además ofrece la posibilidad de un empleo después de graduarse.
Como se observa en la realidad, diferentes instituciones compiten a lo largo de diferentes dimensiones. En México por ejemplo, las universidades tecnológicas deberían destacar en la certificación; las universidades estatales en actividades extracurriculares como el deporte y cultura; los tecnológicos y centros de investigación por la generación de conocimiento; y otras como las federales o centros de investigación por la excelencia en la selección de sus estudiantes. Pocas instituciones destacan en las cuatro dimensiones, y no está mal. Lo que si no es perdonado es que no haya definido en cuáles de estas cuatro dimensiones debe destacar, y cuáles debería dejar de lado, aprovechando Internet para entregar ese valor de manera más amplia y rentable.
El Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON), una Universidad Pública Estatal con Subsidio (UPES), se distingue por el deporte, aunque dada su autonomía, también ha buscado diferenciarse por su compromiso con la sociedad a la que se debe, por lo que desde el 2006 ha generado estrategias que le permitan contribuir en la generación de consecuencias sociales positivas en colaboración con la iniciativa privada y el gobierno Estatal y municipal, como la generación de empleos para sus egresados, la mejora de la calidad de vida de los habitantes del sur de Estado, etc. (Celaya, 2007). Sin embargo, se considera que para lograr esto, aún debe trabajar con sus procesos internos que le permitan genera los productos que la sociedad espera de ella: egresados calificados, nuevo conocimiento y/o su aplicación, y servicios de apoyo individual y social, aprovechando los recursos disponibles con los que cuenta y puede acceder.
Por último, como lo comenta Laseter (2012), se debe regresar a lo básico, a la difusión de conocimientos en lugar de solamente su creación, y el Internet puede permitirlo. Hoy en día, muchos académicos invierten sus esfuerzos en investigación y escribir artículos que serán leídos por otros académicos, dedicando poco tiempo a la formación de los estudiantes. Lo que nunca se debe perder es la esperanza, porque como lo dice el filósofo francés Edgar Morin (2011): lo que uno puede esperar no es el mejor de los mundos, si es un mundo mejor; todo tiene que ser reformado y transformado, se tiene que trabajar en diagnosticar, en transformar.Las reformas son solidarias, no son solamente institucionales, económicas, sociales, ellas son también mentales, y necesitan una aptitud para concebir y abrazar los problemas fundamentales, la aptitud que requiere una reforma del espíritu.

Conclusión
Las instituciones de educación superior tienen la capacidad de resolver la crisis que enfrentan en la actualidad. Sin embargo, para sobresalir en el nuevo entorno, deben comenzar con una articulación explícita de la propuesta de valor al cliente y diseñar un camino hacia delante, aprovechando la tecnología disponible para entregarlo. En pocas palabras, responder preguntas como: ¿se aprovecha la tecnología y el acceso a Internet, para generar la diferenciación como fuente de una ventaja competitiva?
A la luz del empeoramiento de los resultados y los costos crecientes, las instituciones de educación superior deben invertir sus recursos más conscientemente: necesitan tener una idea más clara, lógica, explícita de lo que ofrecerán para sobrevivir. La educación con tecnologías del siglo XXI es la única solución viable a largo plazo. Se tiene que educar masivamente, pero de una manera diferente, porque no hay presupuesto que aguante la manera tradicional: construir más escuelas y formar más profesores.
Sin duda la pedagogía basada en la memorización y presentación del conocimiento no podrá sobrevivir ante habilidades para relacionar datos y disciplinas heterogéneos en el trabajo en red.  Sin embargo, se deben considerar las tensiones que esto pudiera ocasionar entre alumnos que adquieren destrezas en el manejo de la red y profesores que sienten que pierden autoridad en el proceso pedagógico, o la incertidumbres respecto de la segmentación en la calidad del acceso.  
El uso cotidiano de las TIC suscita problemas que aún no se sabe cómo enfrentar, que tienen que ver con valores, actitudes y expectativas de los estudiantes que ocupan una parte importante de su tiempo frente a monitores. Adicciones a juegos y a la información ligera, baja tolerancia a la frustración, pocas expectativas hacia el futuro, dificultad para racionalizar esfuerzos, resistencia a la lectura como medio de aprendizaje y a investigación en profundidad y de larga duración sobre un tema, deslegitimación de la autoridad de profesores y otros adultos, excesivo utilitarismo en la relación con el conocimiento, pocas relaciones cara a cara y menor capacidad de expresión oral, pueden ser algunos de estos problemas que deben considerarse.
Referencias
Arboleda, R. (Agosto de 2004). Cuando el futuro nos atropella, o educación, paz y futuro. Perspectiva(5), 76-79.
Celaya, R. (2007). Contribuciones de las Instituciones de Educación Superior a la generación de consecuencias sociales positivas: El caso del Instituto Tecnológico de Sonora. Ciudad Obregón: AuthorHouse.
Hopenhayn, M. (Agosto de 2004). Brechas de sentido: entre las TIC, la cultura y la educación. Perspectiva(5), 64-67.
Laseter, T. (2012). The University’s Dilemma. Strategy-Business Global Perspective(69), 1-6.
Márquez, J. F. (2010). Innovación en modelos de negocio: la metodología de Osterwalder en la práctica. Revista MBA EAFIT, 30-47.
Morin, E. (2011). La Vía. Para el futuro de la Humanidad.España: PAIDOS.
Toffler, A. (8 de Noviembre de 2009). La educación para el mañana. EstrategiaMagazine.com. YouTube.
Wolf, L., & de Maura, C. (Agosto de 2004). ¿Educación pública o privada? Una falsa disyuntiva. Perspectiva(5), 72-75.

domingo, 17 de febrero de 2013

La ciencia, el método científico y el conocimiento científico



Antes de iniciar cualquier proceso de investigación, es importante reflexionar sobre lo que significa investigar. Por ello, en esta breve cápsula se aborda el concepto de ciencia, de los métodos para hacer ciencia, y del conocimiento científico que de ella se deriva, visto desde diferentes corrientes filosóficas.

De acuerdo a Bernal (2006), la epistemología es la ciencia de la ciencia, es decir, es la reflexión crítica sobre la investigación y su producto (el conocimiento). “Es un llamado a reflexionar sobre la ciencia en general y en torno a cada disciplina en particular, y que en la sociedad del conocimiento este campo de reflexión se vuelve indispensable para todos los seres humanos, especialmente para los académicos y los profesionales, quienes deben estar en capacidad de opinar de manera crítica sobre los diferentes aspectos que enfrentan a diario”.
Como lo menciona este autor, las universidades tienen la responsabilidad de asumir el compromiso de la reflexión epistemológica en los distintos saberes, ya que es donde se genera un espacio para ponerse en la frontera del conocimiento, cuestionar los hechos e identificar vacíos de conocimiento y/o aplicación del mismo.
La ciencia no es algo nuevo; se ha desarrollado a través de la historia del hombre, desde los tiempos del hombre primitivo, donde se hacía ciencia de manera empírica para explicar los fenómenos naturales que acontecían, hasta la edad contemporánea que se enmarcó en eventos como la revolución industrial, época donde la vida del hombre empezó a cambiar, de una vida que hoy se podría denominar rural, a la creación de grandes metrópolis alrededor de las cuales se basaba la economía de los países.
En este momento es cuando surge la necesidad de plantear esquemas de organización que permitieran ordenar el trabajo y la vida misma, como el planteado por Frederick Taylor en la industria de acero donde trabajaba (Méndez, 2001). Así pues, surgen nuevos problemas que debieron ser comprendidos a través de nuevas ciencias: las ciencias sociales, donde no sólo se busca explicar los fenómenos como lo hacen las ciencias naturales, sino que se limitan a comprender las situaciones donde el ser humano es el protagonista, y por ende, no se explican de manera determinística de causa-efecto (Hernández, Fernández, & Baptista, 2010).
Sin embargo, como lo indica Bernal (2006), Anda (2005), y Martínez y Guerrero (2007), al inicio las ciencias sociales no fueron reconocidas como ciencias, sino pseudociencias, pero a través de los años, con los aportes de distintos pensadores, el concepto de ciencia y conocimiento científico evolucionó, sobre todo entre las dos guerras mundiales, donde se derivaron diversas corrientes filosóficas, como se explica en la Tabla 1.
Tabla 1. El concepto del conocimiento científico de acuerdo a diversas corrientes
Corrientes filosóficas
¿Cómo se obtiene el conocimiento científico?
Representantes
Positivismo
A partir de explicación causal. Hace hincapié en la predicción de fenómenos (busca explicarlos), en el control y en el dominio de la naturaleza.
Francis Bacon y Auguste Comte
Positivismo lógico
Verificando proposiciones empíricamente, a través de los hechos de la experiencia y de la lógica.
Schick, Carnap y Wittgenstein (Círculo de Viena)
Racionalismo crítico
En el método deductivo, sometiendo conjeturas e hipótesis, no a la verificación, sino se debe buscar su rechazo, porque es imposible verificarlas en un 100%.
Karl Popper
Teoría crítica
Se logra con el método crítico: su base es la razón crítica, no sólo para demostrar un enunciado con hechos empíricos, sino que permita una crítica a la sociedad y facilite la mejora del ser humano.
Horkheimer y Adorno
Hermenéutica
A través del método de la comprensión, es decir, develar el ser de las cosas; lo cual dependerá de la relación sujeto investigador-objeto investigado. Se rechaza a la física-matemática como único regulador de toda explicación científica.
Droysen, Dilthey y Weber; Windelband, Rickert, Croce y Collingwood
Bernal (2006) explica que en la actualidad, se considera que el conocimiento científico se construye mediante la aceptación de nuevos paradigmas (Thomas Kuhn); la ciencia se compone de programas de investigación científica que coexisten y compiten entre sí (Lakatos); la ciencia progresa cuando la creatividad intelectual del científico reelabora la forma tradicional de estudiar la realidad, porque ningún método es aplicable con efectividad para el estudio de todos los casos (Paul K. Feyerabend); el conocimiento es abierto, inacabado y autocorrectivo, dado que el ser humano sólo puede percibir aspectos de la realidad (Morin).
Respecto a esto último, se puede comentar que la ciencia es compleja ya que se debe cambiar de un enfoque tradicional mecanisista a un enfoque de sistemas, siguiendo la teoría establecida en los años 50’s por Ludwing Von Bertalanffy (2001), de tal manera que se evite fragmentar el mundo y perder la visión completa del “todo”. Lo anterior obliga a la ciencia a tener un carácter interdisciplinario, lo que se traduce en la necesidad de varios especialistas, con diferentes enfoques científicos, para tratar un solo problema, tal como lo explica Bernal (2006).
Conclusión
Existe diversidad de enfoques a través de los cuales se puede ver a la ciencia y al conocimiento que de ella se deriva, pero independientemente de ellos, lo que debe asegurar es impactar en el bienestar del ser humano. Esto no es algo sencillo de lograr, por eso los científicos que requiere la actualidad es aquel que pueda trabajar con otros de diferentes disciplinas, independientemente del método que se utilice. Lo importante es entender que cualquier investigador debe ser capaz de argumentar cualquiera de sus posturas respecto a los objetos que estudia, y así evitar las simples especulaciones sobre las situaciones tan cambiantes que acontecen en esta sociedad del conocimiento.      


Referencias
Anda, C. (2005). Introducción a las ciencias sociales (3ra ed.). México: Limusa Noriega Editores.
Bernal, C. A. (2006). Metodología de la investigación. Para administración, economía, humanidades y ciencias sociales (2da ed.). Naucalpan, Edo. de México: Pearson Educación.
Bertalanffy, L. V. (2001). Teoría General de Sistemas: Fundamentos Desarrollo y aplicaciones. México: Fondo de Cultura Económica.
Hernández, R., Fernández, C., & Baptista, P. (2010). Metodología de le investigación (5ta ed.). México D.F.: McGraw-Hill Interamericana.
Martínez, H., & Guerrero, G. (2007). Introducción a las ciencias sociales. México, D.F.: Thomson.
Méndez, C. E. (2001). Metodología: diseño y desarrollo del proceso de investigación. México: McGraw Hill.

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